Mi Señor Cautivo de Ayabaca

Mi Señor Cautivo de Ayabaca
Es un Señor muy milagroso. Ten fe

¿buscas justicia? tienes que luchar

¿buscas justicia? tienes que luchar
Los mejores soldados de la justicia son los que luchan

Ejercemos el Derecho con honestidad

Ejercemos el Derecho con honestidad
Luchar por la justicia se pierden muchas amistades

El Perú hoy necesita de Ti

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Dile no a los políticos tradicionales, si al cambio mejorando la calidad de vida

jueves, 21 de enero de 2010

La sentencia de un juez sabio. Una historia de la China Antigua

Había una vez un campesino en la China antigua que tenía un vecino que era un cazador. Su vecino tenía perros feroces que no habían sido bien entrenados y frecuentemente saltaban la cerca y correteaban a los corderitos del campesino. El campesino le pidió a su vecino que controlara a sus perros, pero su petición fue ignorada.

Un día los perros otra vez saltaron la cerca, atacaron y lastimaron severamente a los corderitos.
El campesino ya cansado de estos ataques, fue al pueblo a consultar a un juez quien escuchó atentamente su historia y después dijo: “Yo podría castigar al cazador y darle la instrucción de mantener sus perros encadenados o bajo llave. Pero entonces usted perdería un amigo y ganaría un enemigo. ¿Qué preferiría tener, un amigo o un enemigo por vecino?” El campesino contestó que él preferiría tener un amigo.

“Bueno pues entonces le voy a ofrecer una solución que le permitirá mantener sus corderos seguros y también mantener a su vecino como amigo”. Habiendo escuchado la solución del juez, el campesino estuvo de acuerdo.

Cuando el campesino volvió a su casa inmediatamente puso a prueba las sugerencias del juez. Tomó 3 de sus mejores corderos y se los regaló a los tres pequeños hijos de su vecino quienes se pusieron muy contentos y empezaron a jugar con ellos. Para proteger los nuevos ‘juguetes’ de sus hijos, el cazador construyó una jaula fuerte para sus perros y desde entonces los perros nunca molestaron los corderos del campesino otra vez.

Para demostrar su gratitud por la generosidad del campesino, el cazador a menudo compartía lo que había cazado con su vecino. El campesino al mismo tiempo compartía con el cazador la carne de cordero y queso que él preparaba. En poco tiempo los vecinos se convirtieron en buenos amigos.
Hay un dicho en la antigua China que dice: “la mejor manera que uno puede ganarse e influenciar a la gente es con gestos de bondad y compasión”. Otro dicho también dice: “Se atrapan más moscas con miel que con vinagre”.

Facilitador: Abg./Lic. Grimaldo S. Chong Vásquez M. Sc.
Fuente: http://www.lagranepoca.com/articles/2009/11/15/3835.html